¿Porqué celebrar tu cumpleaños? - SUBROSA MAGAZINE
Allá afuera se habla mucho de estos famosos “ciclos”. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase:
“hoy empiezo un nuevo ciclo” o “estoy cerrando ciclos”?
La realidad es que la vida está llena de ellos. Algunos sobresalientes, otros no tanto. Algunos felices, otros no tanto. Hay ciclos que se celebran con un brindis, hay otros donde su fin significa pagar tu propia renta, la luz, tu subscripción de Amazon Prime jajaja. La vida se anda en ciclos, y nosotros también.
Hoy escribo en honor a un nuevo ciclo. Uno muy especial para Subrosa, su primer año, su cumpleaños. El final de un ciclo y el comienzo de otro.
Para mí, los cumpleaños son eso. Algo así como una celebración de “año nuevo” única y personalizada. Sin la presión de las uvas, los fuegos artificiales y los falsos propósitos. La celebración de un cumpleaños, a mi perspectiva, es una oportunidad única de llevar a cabo una práctica espiritual y de expansión personal muy especial. Me cuesta entender a las personas que odian su cumpleaños, o que les da igual. Me genera una sensación de impotencia, como si tuvieran enfrente un paisaje hermoso y solo yo pudiera ver lo increíble que es.
La intención de hoy es regalarte una foto de ese paisaje, para que con suerte a la hora de que lo tengas enfrente, lo puedas reconocer. Tu cumpleaños es algo maravilloso y tú también. Pues, aunque quizás celebrarlo ya forme parte de una práctica común en nuestras vidas, si lo piensas a profundidad, en esencia, la celebración de tu cumpleaños es la celebración de tu vida. La celebración de aquel día que llegaste a la tierra y cambiaste la vida de quienes tenías a tu alrededor.
Celebrar ese día, cada año es honrar no solo ese momento sino todo lo que has vivido desde entonces y todas las vidas que has cambiado, quizás sin darte cuenta. Sean amigos, familia, clientes o colegas, tu presencia les ha impactado de alguna forma. Estoy segura que tan siquiera, el haz hecho sonreír alguna vez.
Pues, aunque no lo creas y aunque quizás tu mente te engañe diciéndote lo contrario; eres alguien increíble y tu presencia en el mundo es más que especial también.
Celebra cada cumpleaños como lo que es; un día festivo, con el potencial de estar lleno de amor y gratitud. Un punto de referencia del trayecto que has caminado. Una oportunidad de medir con amor, tu progreso, tu éxito y tus aprendizajes. Y no en un sentido necesariamente exigente, sino con una perspectiva de gratitud y expansión. Un día para ti.
¿Cómo puedes medir el trayecto que has caminado?
Empieza por cuestionarte ¿Dónde estabas hoy hace un año? ¿Cómo era tu relación con tu familia, tus amigos, tu pareja? ¿Hay cosas que antes te hacían sentir mal que ahora son un poco mejor? ¿Cómo era tu relación contigo mismo? ¿Cómo es ahora esa relación? ¿Cómo te gustaría que fuera esa relación personal en un año más? ¿Has cumplido alguna meta? ¿Hiciste algo que nunca habías hecho antes? ¿Viajaste? ¿Quiénes estuvieron contigo? ¿Quién fue la persona que más te hizo reír?
Hacerte estas preguntas es una forma de medir con amor, gratitud y expansión el transcurso de tu año. Siempre recordando que estas preguntas no están enfocadas en una visión pública o externa, sino al contrario. Eso es lo mejor de esta celebración personal. Que es tuya, se trata de ti y es para ti nada más.
A veces tendemos a comparar o medir nuestras capacidades, metas y éxitos en base a los demás. Pero yo he aprendido que no hay mejor forma de vivir sino para uno mismo. Disfrutando y viviendo nuestro propio camino, con todo lo que esto implique. Tú y tu camino son únicos y vivir plenamente tu cumpleaños es una forma de honrar eso también.
Por eso me gusta decir que ese día, ese año y esta vida es de aquellos que logremos reconocerla como tal. Reconocerla para que así, ese día uno pueda obsequiarse a sí mismo el mejor regalo que uno puede recibir; estar presente. Presente para recibir cada felicitación con el amor y cariño con la que fue enviada.
Permítete ese día reflexionar un momento en todo esto que viviste ese año. Recapitular los buenos ratos. Reconocer y agradecer los que no lo fueron también. Abrazar los retos que te exigieron crecer y perdonar. Agradecer a tus amigos y familia por las risas y por siempre estar. Regálate ese atardecer y cierra ese ciclo con una sonrisa para que puedas recibir con brazos abiertos todo lo que ha de venir en el nuevo año también.
Hoy contemplamos un atardecer para Subrosa. Y no puedo estar más feliz de ser parte de ello y de que lo estés viviendo con nosotros, tu también.
Lee más en https://www.subrosamag.com/editorial/otono20